en un mundo mejor descansáremos

Me hubiese sentido un poco tonto si hubiese hecho aquello que hice cuando iba a partir rumbo a Santa Fe, Nuevo México, i.e., publicar un mapa monstrando el viaje que emprendería. Mi mente volaba hacia aquella región que desde que la conocí ha capturado mi imaginacíon. ¡Existe tal lugar! Entre sueños y halucinaciones, llegué a saborear este magno lugar que noche tras noche penetraba mi conciente y subconciente. Sentía mis pies traversar ansiosamente la tierra, mis pulmones inhalar el aire fresco y calido y mis ojos tragar furiosamente cada fragmento de realidad. Casi juraba que partiría rumbo a este lugar mágico y feliz. “¡Ay! ¡Ay!” como el lamento de aquel héroe homérico.

He despertado y ahora empiezo a consumir la puta realidad. No sé si haya conseguido aquello que quería. El concepto de la felicidad cambia a cada instante; un momento es poder dormir un tirón y otro instante es poder submerger los pies en algún cuerpo de agua salada.

La situación es la siguiente: mi estancia en Santa Fe se prolonga. El chaval filosófico, poético, romántico y naïf decide aún posponer su retorno al mundo civilizado lleno de ruido y velocidad.

Con la prolongación, también se prolonga mi receso intelectual; seguiré dedicándome tiempo para intensificar mi pasión por la Lógos y en especial por aquel que se gráphein. Aunque he de decir que no es un receso intelectual porque he seguido leyendo con una intensidad más profunda.

Me siento … no sé la verdad … tal vez si cierre mis ojos, el transcuro del tiempo será más fugaz. Y cuando los vuelva a abrir, estaré al final de este interludio. Todo por un tiempo mejor.


Posted

in

by

Tags: