Es algo incógnito descubrir que del caos puede nacer lo más bello y sublime. El ser humano en su momento de sufrimiento, instante en el cual se confirma cien por cien, puede sacar de lo más profundo de su ser las creaciones más fantásticas y netamente profundas y honestas — sólo bajo esta condición puede producir una obra real, i.e., obra artistica.
La vida (me baso en la mía) es un puzzle de vivencias. Cada pieza una captura de felicidad o tristeza, quizá ambas. Es fácil recordar lo triste que lo feliz — es que la tristeza resuena con nuestro ser.