viviéndolo a lo gálico.

Hoy (ayer) ha sido un día francófono. De banda sonora, el álbum ‘Des Visages des Figures’ de Noir Désir – una mezcla fantástica de rock y jazz. Y mientras el solista me susurraba una canción tras otra, yo me submergía en Rimbaud. Aquí un trocito del poema Les Étrennes des Orphelins:

– Et là, – c’est comme un nid sans plumes, sans chaleur,
Où les petits ont froid, ne dorment pas, ont peur;
Un nid que doit avoir glacé la bise amère…

Lo cuál traducería de la siguiente forma:

– Y ahí, – es como un nido sin plumas, sin calor,
Donde los pequeños tienen frío, no duermen más, tienen miedo;
Un nido que debío haber congelado el beso amargo.

No sé, pero me ha llamado la atención, en francés. En castellano no tiene el mismo sentido. La belleza se pierde. Quizá yo soy culpable de ello, después de todo, tal vez mi traducción en su intento de ser literal pierde su fieldad a la esencia del poema.

Bueno, basta con decir que resaltó de la página el trocito cuando lo leí.

Trocito: Psst.
Yo: [confundido]
Trocito: ¡Eih! ¡Tú! ¡acá!
Yo: Dios, ¿es posible esto? ¿O acaso deliro? ¡Bendita perturvación que acosa a mi sentido ocular!
Trocito: jijijiji
Yo: Pero si eres el Logos hecho carne; la Belleza. Creo que voy a llorar de este gran descubrimiento. ¡Eureka!


Caption: El último puritano.

Aunque creo que esto de écharme a nadar en este mundo gálico me ha cansado. Me siento física y emocionalmente agotado.

Y a ser honesto, he de decir que la copa o dos de vino tinto en conjunto con pan de masa fermentada con las capas poquito-exageradas de nutella©, no quedan atrás. Es intenso esto de mezclar lo amargo con lo dulce. Los franceses lo han convertido en un arte plasmado en lo gastronómico. Amén.

Aún me queda el dulce sabor de aquellos poemas; aun me queda el amargo sabor del vino.

Me he visto un poco bohemio y pensar que todo lo he iniciado à la arabesque.