Hola, no sé donde empezar. Quizá con mi nombre, aunque éste ya no importa; he cambiado de identidad una infinidad de veces; ¿aún lo recuerdo?. Soy anarquista; todos en mi familia lo han sido; llámemosle profesión hereditaria. También, todos han padecido de problemas del corazón; entonces, sólo es cuestión de tiempo para que el médico me dé la diagnosis. Pero ante mí, no podrá jugar el papel de profeta; yo ya sabré lo que él habra descubierto a través de su magía. Maldito profeta.
He tenido que dejar mi hogar por problemas. Nunca faltan los problemas, ¿verdad? No es que sea profugo de la ley, no, simplemente me he visto con la necesidad de ausentarme. Además, a nadie le hace mal el campo. Sí … sólo es un pequeño receso, unas vacaciones. Y en cuanto me sienta disponible, regresaré a mi ciudad. Es así de fácil.
Ah cómo le extraño. Nunca falta algo que invada mis pensamientos; luego me veo volteando hacia aquel lugar.
Todo ha cambiado – todo está en flujo. El sol cae en el occidente simplemente por fialdad, nada más. Sino también hubiese cambiado su rutina.