El último post carece de una coclusión; termina abruptamente. Y de misma forma la fuente e inspiración — en sentido pasado.
Es una simple observación y aunque tenía la intención de borrarlo, he decidido manetenerlo como marcador cronológico. Tras una frase entera, se esconde una historia humana completa y trágica.
Alguien me ha dicho que las fotos que he tomado de este lugar son negativas: sólo enseñan la decadencia, la dilapidación y pobreza del lugar. El Reino Unido ocupa el cuarto lugar en términos del Produco Interno Bruto — EE.UU. ocupa el primero. Mas Irlanda del Norte, aunque parte del Reino Unido, es una historia aparte. Es quizá la región menos desarrollada — un tercer mundo en el primer mundo. Aunque por lo que he visto del Reino Unido (Oxford y Birmingham hasta el momento), el país caractariza el segundo mundo. Lo único que le mantiene en el rango de los países más desarrollados parece ser el increible y sumamente ridiculo costo de vida. Y pongo un énfasis en el último adjetivo.
Estar aquí me ha hecho apreciar de una forma intensa a California — lugar que si fuese su propio país ocilaría entre el sexto y octavo lugar en términos del PIB — y a Estados Unidos. Quizá carecemos de las leyes ‘morales’ de Europa mas tenemos más libertades y sobre todo, más oportunidades. Es un opimismo innato — el cual nos lleva a confiar demasiado en las ‘buenas intenciones’ — que describe al país, la febril noción de que ‘saldremos adelante’. Creemos ser el mejor país y creo que empiezo a creerlo.
De misma forma, Europa se caracteriza por su negatividad y la inhabilidad de las personas de tomar cargo de sus propias vidas. Ésto se lo dejan al gobierno.
A todo esto, EE.UU. evoluciona y produce nuevas ideas: revoluciona el mundo. ¿Y los demás? Y es la habilidad de atraer a las mejores personas a nuestro país no sólo en términos de los más inteligentes sino también de aquellos que quieren mejorar su vida, i.e., salir adelante.
Ahora, regreso a Irlanda del Norte, después de indagar en lo que siento y llevo dentro y he querido gritar, pero para otro instante. La inspiración terminó.