he resucitado

No tengo nada que decir; por ello no he escrito en tanto tiempo. Tampoco soy alguien – de menos ésto me gustaría creer – que escribe simplemente por escribir. A la vez, tengo el gran presentimiento de que todo lo que escribo aquí, nadie lo lee. No, no es sólo un presentimiento, tengo las pruebas.

El 22 de mayo regreso a casa. No necesariamente vencido sino cansado. No sólo he experimentado grandes cambios sino una revolución total. El yo que partió el 27 de agosto 2003 ha muerto. Juan est mort! No hubo pausa ni celebración. La vida no funciona de tal manera. Todo sigue su camino, siempre, eternamente; jamás hay pausa. Si os dicen lo contrario, no lo vayáis a creer.

En este periodo he vivido en tres distintos lugares de la nación y con toda honestidad – de la cual soy capaz – confieso que mi favorito es el que más reacción en mí ha creado: Santa Fe, Nuevo México. Cualquier opinión negativa que tuve contra él fue debida al fracaso rotundo de mi tercera relación. Y Santa Fe fue donde este pequeño e insignificante (debo ser honesto) capitulo de mi amarga vida tomó lugar.

Me gustaría compartir una pequeña citación de la novela Lolita de Vladimir Nabokov: ”’He broke my heart. You merely broke my life’”. Creo que ella explica todo. Amén.

Cuando llegué por segunda vez a Washington D.C., con lágrimas recibí el primer recuerdo de Santa Fe. Fue algo instantáneo y no podía comprender (en aquel momento) lo que sentía – extrañaba a mi hogar, aquel que formé yo solo, sin ayuda. Yo batallé y formé algo de la nada. Fui mi propio dios y mejor aún, mi propio héroe.

Adoró a este pequeño trozo de tierra. No sé cómo explicar todos los sentimientos y emociones que logra evocar en mí. Es parte de mi historia.

También he conocido nuevos lugares de este país: 9 estados y el Distrito de Columbia. Mi favorito, sin duda alguna, ha sido Nueva York. En una sóla palabra: fantástico.

Y después de todo, los países que visité en el sub-continente y en su promixidad.

Ahora regreso a California. Y esperaré hasta saber si otro absurdo plan más se da. Mientras espero, viajaré a Canadá a fines de mayo; en agosto iré a Irlanda, quizá antes. Tal vez muera – no lo sé. La vida sigue.


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