«I’ve tried so hard, but in the end … it doesn’t even matter.» A veces tengo la sospecha de que soy un mal webmaster. Hoy he recibido un e-post (e-mail para los Lituanos en el público) donde se me ataca e insulta. En efecto, el autor del e-post me postula del apóstata; el Ibilis abnegado, i.e., Satánas. Me causa gracia todo esto de que personas se tomen la molestia de escribírme para decir tonterias. En vez de presentárme pruebas de mi apostasía, ¿no debería de estar esta persona batallando por fortalecer la democracia, terminar el hambre, o algo más significante que expresar emociones ridiculas?
Me gusta la música de Fey (siempre he hecho la distincción entre el artista y su música). Yo no conozco a Fey – ni siquiera anhelo en conocerla. ¿Apóstata? Hubo un instante cuando su música me llegó, me capturó y sentí una conexión. Pero ese instante pasó y el mundo siguió. Tal vez me hubiese gustado conocer a la Fey de «Vértigo». En éste, creo que su música alcanza una madurez estéticamente y lirícamente. Pueda que me equivoque, pero artista y persona se combina en el álbum. Claro, siempre hay una parte del artista en su música, mas aquí hay más de la persona. Son sus letras, sus ideas, sus emociones, sus vivencias; en totalidad: María Fernanda.
Sin duda, para mí, «Vértigo» es mi disco favorito de todos sus discos. El último no es mas que una desilusión. Un pseudo-tributo a un grupo que según ella es su favorito, aunque jamás recuerdo haberle escuchado mencionarle antes. Y durante una enrevista en algún programa que desconozco, al pregúntarle que nombrese 10 temas de su dizque-favorito-grupo, ella fracasa. Todos padecemos de momentos de duda e inabilidad de recordar cuando estamos bajo del ojo resplandeciente de la atención, pero aún así, yo de apóstata podría nombrar la mayoría de sus canciones. Podría nombrar canciones de grupos que ni siquiera considero ser de mi gusto particular.
Digamos que lo que trato de decir es que no soy un obsesionado. Hay muchas personas obsesionadas que bordan en lo ridiculo. Que creen conocer algo que simplemente no existe, un acto de ficción, de esta cosa que se hace llamar el marketing.
Por mi parte, categorizo a «Vértigo» como uno de esos álbumes que puedo escuchar de principio a fin sin tener que saltar una canción. Sólo espero que Fey regrese con algo mejor que «Vértigo» y que una vez más imponga «moda».
Y por lo tanto, nunca quise que mi «fansite» fuese algo que alagara y elevara un ser humano a niveles de semidios. Simplemente quise producir un sitio que diera noticias y unas cuantas cosas más con objetivididad. Tal vez siempre seré un Wednesday’s Child, ahogándome en mi dolor.