Dibujaba sobre piedras mojadas, en algún lugar desierto y vacío; con fácilidad grababa mis impulsos en ellas. Sentí un desahogo al dejar plasmado en médium ajenos a mí – el fuego escapó, fugaz girando hacia el cielo; mi pecho partido en dos le dejó escapar.
A golpes contra la pared, gritando “¡Ayuda! ¡Ayuda!” Luego de un ataque de risa, arañándome la cara hasta ver ríos de sangre correr. ”!Ayuda!” y luego silencio. Silencio que entorpece. “Creo haber perdido la cordura.” Y escucho resonar, “¿Cuál? Vaya atrevimiento.” Y un poco más de silencio inunda el interludio; aquel que da paso a carcajadas diabólicas. “Yo soy el holacausto, de mis venas he dado vida a un charco de filosofía, edificio mágico y magno compuesto de columnas dotadas por verdades eternales.” Luego un interludio impregnado por murmuros que escapan de mis labios estremecidos, retorciéndose en la atrocidad del dolor. Es demasiado tarde, las 12 del aterdecer ya han quedado atrás – con ellas la indignación. “Yo soy el holocausto….” Y tomo mis manos, decoradas con mi sangre que ahora explota a la superficie, que burbujea de la fuente de mi pecho.
Tras multitud de tazas de té y café, y una empapada de agua dulce y fría, mi cuerpo desolvió – aquello que había alguna vez de forma pueril postulado a través de una serie de axiomas actualizándose – participando en la metamorfosis. En el proceso de transformar, de cambiar de una substancia a otra, la banda sonora compuesta de ecos de los puntos filosóficos.
Y fui transformándome. Poco a poco, aquel cuerpo gastado y entumecido por los rasgos de la vida que pulsa a ritmo cronológico, se extremeció. Sentí implorar a la Deidad colapsando internamente. Mi cuerpo prendido en dolor, de mis labios escapa al instante “¡Hossana in excelsis!” antes de dejar de ser, de pertenecer a mí.
He dejado de ser. Mis cualidades se han unido a la nada. Nihilismo. ¿Nihil est? ¡No! Simplemente una metamorfosis más, es de rigueur en el sintax de la creación universal en moción; idioma no caracterizado por lo superfluo – solo lo básico, lo esencial.